viernes, 1 de agosto de 2008

Lo esecial es invisible a los ojos...

Pues si, ayer me enteré de que este gran libro cumple 65 años, por supuesto no podía dejar de rendirle homenaje.





-Mi vida es algo aburrida. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen como también los hombres se parecen entre sí. Francamente me aburro un poco. Estoy seguro que..., si me domesticas mi vida se verá envuelta por un gran sol. Podré conocer un ruido de pasos que será bien diferente a todos los demás. Los otros pasos, me hacen correr y esconder bajo la tierra. Pero el tuyo sin embargo, me llamará fuera de la madriguera, como una música. Mira! Puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo...

El zorro en silencio, miró por un gran rato al principito.

-Por favor... domestícame!-suplicó.

-Lo haría, pero... no dispongo de mucho tiempo-contestó el principito. Quisiera encontrar amigos y conocer muchas cosas.

-Sabes...? Sólo se conocen las cosas que se domestican-afirmó el zorro. Los hombres carecen ya de tiempo. Compran a los mercaderes cosas ya hechas. Y... como no existen mercaderes de amigos, es muy simple, los hombres ya no tienen amigos. Si realmente deseas un amigo, domestícame!

-Y... qué es lo que debo hacer?-preguntó el principito.

-Debes tener suficiente paciencia-respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mi sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.

Al otro día el principito volvió:

-Lo mejor es venir siempre a la misma hora-dijo el zorro- Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad! En cambio, si vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.

-Qué son los ritos?-preguntó el principito.

-Se trata también de algo bastante olvidado-contestó el zorro- Es aquéllo que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un maravilloso día, ya que paseo hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.


Fue así como el principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:

-Ah!-dijo el zorro- Voy a llorar.

-No es mi culpa-repuso el principito- Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño...

-Sí, yo quise que me domesticaras-dijo el zorro.

-Pero dices que llorarás!

-Sí-confirmó el zorro.

-Ganas algo entonces?-preguntó el principito.

-Gano-aseguró el zorro- por el color del trigo.

Luego sugirió al principito:

-Vuelve y observa una vez más el jardín de rosas. Ahora comprenderás que tu rosa es única en el mundo.


Gracias a todos los que me domesticasteis, pq hacéis q todo tenga sentido!

sus adoro

3 comentarios:

sacris dijo...

El otro día volví a leerlo! :)

Vir dijo...

de donde es esa fotoª!!!!!!!!!!


(hay miradas q valen una eternidad)

Anónimo dijo...

es curioso lo de cuando te domestican y/o domesticas en fin a veces se te va la pinza y puedes acabar con las uñas colorás. un besito, sabes q 4e